Nuestros compromisos nos definen y labran el camino hacia el futuro. Si permitimos que pase cualquier cosa, difícilmente vamos a lograr objetivos que nos brinden satisfacción personal. Y lo digo por experiencia. ¡Qué horror! Fórmula para la debacle. “A poco no”, dirían los mexicanos.
Y no lo puedo negar, me ocurrió en diferentes momentos de mi vida. Cuando falta fuerza y energía. Y recientemente cuando la vida me “propinó una golpiza”, de esas de las que cuesta recuperarse. (Me causa mucha gracia decir me “propinó una golpiza”, me recuerda a mi infancia en Argentina, donde me crié, y los doblajes de las películas en los 60 y 70 salían con frases como esa, y “aparcar el carro”, como nos reíamos).
Lo bueno es que aprendemos de los golpes. Encaro este año con intención, deliberadamente, para lograr aquello que QUIERO en lo personal, profesional, salud física y espiritual, relaciones, economía. Los invito a hacer lo mismo.
El desarrollo personal está entretejido con el avance espiritual. Iniciemos el año y diseñemos lo que viene con clara intención para nuestro futuro, con ilusión y con fe. Para algunos funciona escribirlo en papel o digitalmente y repasarlo con frecuencia.
Me encantó esto que leí de Paula Serrano sobre la ilusión:
«Si bien la fe es una creencia más firme que brota del alma, ilusión es una esperanza cuyo cumplimiento nos atrae, y como tal guarda estrecho parentesco con la fe. Así como no hay que perder la esperanza, tampoco hay que perder la ilusión y menos la fe. Debemos atesorar estas virtudes que son primas hermanas, resguardarlas, pues dan chispa a la vida, nos motivan a materializar nuestros sueños y son anticipos de realidades venideras.
»La ilusión es el camino hacia el emprendimiento y la consecución de objetivos, que hoy es indispensable para sobrevivir. Pero la ilusión es más que eso. No es solo la búsqueda de un objetivo; es el sueño de caminar por el camino que nos lleva a él; es comprender que el proceso en sí mismo puede ser bello si le pongo goce, si me detengo y me permito sentir que estoy viva y estoy feliz, solo porque estoy cumpliendo mis sueños. ¡Que el miedo no nos pavimente los caminos!»
(Paula Serrano)